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Cada día se observan más casos de personas cansadas, irritables, con poca tolerancia a la escucha, desmotivadas, tristes y estresadas debido a todos los cambios que trajo el COVID-19 en su dinámica personal, familiar y de pareja.

Debido a que una de las secuelas de la pandemia del COVID-19 están siendo los problemas de salud mental, el Instituto Guestalt de Lima (IGL) alerta que la fatiga pandémica es un mal silencioso que afecta el bienestar y la calidad de vida de los peruanos.

“Diciembre es un mes complicado para muchas familias porque generalmente aumentan los cuadros de estrés, ansiedad y depresión. Cada día se observan más casos de personas cansadas, irritables, con poca tolerancia a la escucha, desmotivadas, tristes y estresadas por todos los cambios en la dinámica personal, laboral, familiar y de pareja, siendo aún más complejo en aquellos hogares donde han perdido seres queridos durante esta pandemia y hay situaciones de duelos no resueltos”, indicó el psicólogo y psicoterapeuta Manuel Saravia Oliver, director del Instituto Guestalt de Lima (IGL).

“La fatiga pandémica es el resultado de más de ocho meses de restricciones debido a esta pandemia. Se presenta de forma gradual y progresiva y no distingue edad, ya que afecta a niños, adolescentes, adultos y adultos mayores”, explicó el especialista.

Saravia recomendó al Gobierno iniciar lo más pronto posible una campaña de salud mental que involucre a todos los niveles de gobierno: nacional, regional y local con la participación de alcaldes para fortalecer el trabajo comunitario, ya que recientes reportes oficiales indicaban que más del 70% de peruanos sufría trastornos de estrés y ansiedad.

Apatía y desesperanza genera incumplimiento de medidas

“En los últimos meses estamos siendo testigos de que el hartazgo está conduciendo al incumplimiento de las medidas dadas por el Gobierno. La apatía, la desesperanza y, sobre todo, la creciente desmotivación general son los principales efectos de la fatiga pandémica. Los mensajes de las autoridades que antes eran efectivos, como el distanciamiento físico, el lavado de manos y evitar las reuniones sociales, ya no calan igual y es necesario buscar otras estrategias”, dijo.

El hartazgo es uno de los principales factores por los que se incumplen las medidas sanitarias. Esta sensación se debe al cansancio tras meses de autocontrol y de reducir espacios de socialización, pero también a la desconfianza de la efectividad de las medidas.

¿Cómo se manifiesta la fatiga pandémica?

• Menor percepción de riesgo (al acostumbrarse a convivir con el virus y, por lo tanto, a normalizarlo).

• Pérdida de sensación de control sobre la situación y autodeterminación.

• Aislamiento y desesperanza.

• Desmotivación, cansancio, frustración o hastío con la situación en general.

¿Qué hacer si tengo un cuadro de fatiga pandémica?

• Cuidar el cuerpo con estilos de vida saludables. Realizar ejercicios diarios, comer saludablemente y mantener una rutina de sueño saludable se requiere para tener energía y fortalecer el sistema inmunológico.

• Consumir solo una hora de noticias. Evitar sumergirse todo el día en noticias, ya que carga de emociones negativas.

• Reducir el estrés. Aprender ejercicios de respiración, practicar yoga, dar paseos en el campo, leer o ver series divertidas.

• Conectarse con los demás. Hacer llamadas telefónicas, videoconferencias y chatear en las redes sociales pueden ayudar mucho, ya que los seres humanos somos sociables por naturaleza.

• Aceptar los sentimientos. Evitar reprimir o ignorar los sentimientos. El consejo es que si no puede manejar situaciones por sí mismo, buscar ayuda profesional especializada en salud mental.

• Vivir el presente. En la vida hay dos días que no existen: ayer y mañana. La angustia de pensar en el mañana puede hacer que no se viva el presente.

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